domingo, 28 de abril de 2013

LAS LAGRIMAS NO TIENEN EDAD





El blando silencio nocturno
me permite reflexión.
Caen las hojas muriendo
en la calle y en tu corazón.
Lloras en la cama, asustado,
pides perdón por ello.
Pero las lágrimas son de todos:
tanto de mayores como de pequeños.
Gotas salobres que cargan
el dolor de nuestra esencia castigada,
sencillamente surgen, no avisan
permitiendo el alivio a nuestra alma.
Ellas no tienen edad.
Siempre estarán con nosotros.
Comienzan al momento de nacer
y al morir acariciarán nuestros ojos.

SARA A. PRADERA


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