Casi blanco, casi
bueno
te busqué
desorientada.
Sin paciencia, sin
aliento;
casi loca, casi
ahogada.
Tan lejano, tan
simple
te encontré
desganado.
Con utopías y muy
triste
tan pequeño e
iletrado.
Muy frágil, muy
helado
el aposento que te ofrecí.
Un poco de néctar
agriado,
mucha fábula, nada
de mí.
Sara A. Pradera
No hay comentarios:
Publicar un comentario